Anoche me estuvo paseando
la idea de que por tí,
Neptuno,
mis pies ya no están cansados
y es rara la vez
que me ahoga un grande penar.
Si de verdad supieras
la fuerza de lo onírico
que es tu alma, tu voz
y tu sonrisa algo loca
mundos paralelos
sabor dulce en mi boca
escalerita de caracol
con el que puedo escuchar
tus dominios sobre el mar,
comprenderías que Saturno y yo
construímos puentes
de luces, de besos, de amores
tan intensos como el aguacero
tan intensos como los cohetes
tan eternos como el minutero
que no para de bailar;
Y todo por tocar tu aura,
y todo para dejar hasta tu puerta
este ramo de besos-orquídeas de hoja perenne
una tarjeta de luna
que te cuenta
que a una mujer en un espacio sideral
te ama de verdad.
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