Estoy encandilada
aún y después de tantos meses
hay algo
en el ancho mar de tu frente
tú le llamarás raíces de sabe qué
yo le digo simplemente tercer ojo
estrella silente
amuleto que dispara a quemarropa
sobre las banquetas insensibles
que son banquetas y fueron humanas...
dispara contra este aluvión.
O a lo mejor es otra boca
invisible, oculta
que canta canciones tiernas
rancheras, de cuna,
sonetos, allegros y una que otra fortuna
como la que riegas en el patio
de mi hogar;
donde crece el ciruelo más alto que nunca
desde que apareciste
y sólo porque le platico de un fulano de tal
que se llama como lo bautizaron
y que se voló un día mi barda
y se llevó al atravancado rojo
que le dicen humano tambor.
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