miércoles, 13 de mayo de 2009

Poema bizarro VI

Dime qué se siente
comer semillitas
afuera de las oficinas de dios.

Es algo
como saber que existes
pero no te adivinas
un carro que frena
un beso con adiós.

O tal vez
un marinero
que rompe olas
y dos o tres planetas
un movimiento acelerado
del corazón.

Lo más probable es que sea
lo que yo siento
a las tres de la mañana
cuando a Morfeo no veo
y estoy segura
de no recordar bien
ciertos rostros
ciertos abrazos
ciertos tonos de voz.

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