Dicen que todo pasa
pero nadie dice muy bien
como qué cosa pasará.
Los adivinos y los conformistas
deberían ser más específicos
a la hora de emitir oráculos.
Y el resto de los mortales menos proclives
a creer en la estulticia
de que el futuro está escrito
y por eso los dedos no se han de levantar
así sea para señalar al prójimo indiscreto
así sea para indicar la cama
donde se invita a soñar.
domingo, 31 de mayo de 2009
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