Algún día
dejaré de ser noctámbula.
Lo haré cuando tenga
arrugas en las manos
y ochenta años en la espalda.
Por hoy me limito
a amar y desnudarme el alma
unirme a ese misterio sideral
que tanto me incita
a ser volcán y astronauta.
Pisar tierras lunares
pensar en la posibilidad
de la cósmica vagancia.
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