No vine aquí para contar
los tristes días
en los que no supe
construir mi propia historia.
Vengo para rendir cuentas
a las estrellas
y a cieto par de ojos danzarines:
he sido gaviota, sirena y
mujer poeta;
También sé abrir mis brazos
he arrullado los destinos más raros
les he dado mi calor.
Y sé decir gracias
con una lágrima en la mano
y una sonrisa en los ojos:
todo lo que he vivido
es parte de un sólo pergamino divino
uno muy mío
el que he escrito
a base de besos, tristezas y sudor.
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