Otra vez el misterio del tiempo
su cruz, su avenida
su muslo apoyado en mi muslo
alborotando la fe inextinguible.
Creo en la sal de mi moreno
al morir la teoría y brillar la tarde.
Creo en la búsqueda de lo sublime
cuando sublime es ya y nada importa.
Creo en la religión de la primavera
los abrazos de ti, ardiente nuclear
ataviado de la música de junio.
También creo en la inercia del espanto.
Ven y adora estos minutos
donde te he de encontrar
a través de la poesía.
lunes, 2 de junio de 2014
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