niño pequeño, mi amigo de siempre,
mi infancia nueva, mi maestro zen,
mi hombre, mi espíritu rebelde
que a mi rebeldía en amor encausa.
Mi compañero de luz y sombra
mi amor sagrado
mi mística y mi fruta
mi gran amor de esta vida rara
mi único amor en verdad.
Mi periódico de ti entrevistado
mi hermano brillante y bueno
mi iluminación y mi infierno
mi tálamo de maravillas y aretes
mi cuerpo encendido a grandiosa escala.
Te amo, pequeño oso polar
mi príncipe azul con el tono perfecto.
(Mi receptor de banalidades
como pasteles de fruta y leche condesada).
Mi inspiración eterna
mi diálogo en el lavadero y entre las carnes frías,
mi sombrero inexistente de maguito dominguero
mi país, mi propia compañía de luz eléctrica,
mi capitán y mi remo.
Te amo.
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