No busco el rastro de tu sangre
ni tu esperma
no registro lo que hay tras de tus ojos
al ocultar la jornada.
Latido infinito eres dentro de mi cuerpo
sublime dios morando el templo
que por ti esperaba.
Poseo las palabras para anudarte
prefiero el sonido gutural de este orgasmo
y también el silencio
por donde vierto mi jugo sexual.
Ámbar de ti, hambre de ti
violento cuerpo amante engendrado
tras la fortuna de las flores de nuestra primavera.
sábado, 7 de junio de 2014
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