Más allá de los cielos
del juego todo terreno
de tus mareas y las mías.
Más allá del sol de Bob Dylan
y de las tarjetas postales
que nunca nos damos
porque suficiente amor hay
y por eso lo decimos con las manos.
Más allá del tambor
y del tronco trémulo de volcán
a la vuelta de la esquina,
hay un pozo sin fondo y sin bendito remedio
y se llama me quedo y acompáñame
porque hay aún más amor del bueno.
miércoles, 4 de junio de 2014
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