Decíamos que la vida
era más que estar
con la boca calle abajo.
Ahora todo se resume
a un hueco
entre las plumas níveas y plateadas
de tus alas.
(Y a esa sonrisa de miel de varios años
que avanza en el tiempo
y en mi memoria
y hasta en mi cara:
no se queda atrás
no se puede ni quiere borrar.
Vivo para soñarlo, recrearlo,
para contarlo).
Lo demás es tiempo muerto.
lunes, 1 de junio de 2009
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