Llamarada con cauda de estrellas vírgenes
catapulta medieval
que retumba en los brazos
y en los arcos que de otras piedras
se construyen
voz en off de un dios cercano
que se pone con los niños a bailar.
Centenarios con gentes adentro suyo
todos parados,
todos dispersos en el abanico etéreo,
todos descalzos,
todos mirando al cielo...
Era sábado
y de la nada brotó del suelo
la mano de la diosa como un fuego artificial.
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1 comentario:
Qué extrañas tus letras, me gustan :)
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