Algún día trataré
de ponerle punto final
a todas mis memorias.
La editorial que me publique
(si es que los libros
aún existen)
me dará el tiro de gracia
con un clavel rojo
sobre mi ánfora de cristal.
Mientras tanto
giro vestida de flor melón
e imagino
que bailas igual que como hablas
retando al mundo
trastabillando sin cesar
hipnotizándome como a las quinceañeras
como a la niña que fui
cuando a tu mirada
por mi vida se le ocurrió cruzar.
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