Resulta que también
se hacen poemas de un verso;
y yo que creía firmemente
en la locura del minicuento
me he visto reducida a polvo de Andrómeda
mientras pago por ver.
(La algarabía que no cupo
en mi mesa
ni en mi silla;
la dulce hipocresía de todos
-hasta del más sabio en este microuniverso-:
todos se la mientan
todos con miradas cálidamente frías;
luego sonríen ante un click
que esconden las riñas y la tiña
bajo el brillante papel).
jueves, 11 de junio de 2009
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