miércoles, 17 de junio de 2009

Oliver

En la guardería
Oliver y yo
de tres y dos años,
comíamos sopa de letras;

ninguno de los dos
escribir su nombre sabía;

Pero una hilera de niños
en el pasillo nos corría las pupilas:

él sería el padre,
yo la madre con la espada de He-Mann.

Ahora él es voz de la radio
y yo,
los versos que dejo en este lugar.

No quiero volver a mi primer infancia
sólo doy gracias
de poderla recordar.

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