Cuidado,
las ciudades matan
si no se protege uno de ellas
con un ángel
como el que tanto quise
y al que tanto amo yo.
Cuidado,
las sonrisas matan
si no salen del alma
o si por el contrario
se muestran suicidas
piernas pálidas que caminan
rumbo a la nada ostensible
a algún punto de la dispersión.
Cuidado,
el tiempo mata
si no le entregas el alma
a vivir en plenitud las ganas
de ser satélite plateado
máscara consagrada
capa de superhéroe
botiquín de primeros auxilios
cuarzo, viento de cuatro puntas,
duraznos en almíbar
decibeles de alguna amada voz.
martes, 9 de junio de 2009
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