viernes, 19 de junio de 2009

De un pospretérito y una oración declarativa

Y, me encantaría
ser una nube
si es que se te ocurriera volar
por la tierra que te dio la vida
en alguna hora de la noche
que sabe ahora a rayo de sol.

Siempre arriba
como lo que intento ser de espíritu:
arriba, para que me suenes
arrogante, un poco fuera de lugar
en mi optimismo.

Arriba, porque así me alzaste,
porque he quedado suspendida
así, como volando dulce y sereno
casi y mucho antes de la silenciosa piedra
que es platicar con los dedos
y calle arriba
y un poquito después
del corazonado temblor.

También me gustaría ser
lentejuela o mariposa
una cancionera itinerante
una del desierto
para que haga juego
con la nicotina de tu voz.

El pospretérito tiene menos fuerza
que una oración declarativa:
soy feliz mientras la vida te exista
no intentes caer al vacío,
lo tuyo es letra y clamor.

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