Ven a mí
y dame de tus yemas
la sal y el azúcar
que preciso a la hora de la comida.
Instálame en tu lengua
hazme vivir
una vez más
la resurrección de las frutas en mi sexo
la reencarnación de los aromas de tu cuerpo
la vida, Navegante.
lunes, 13 de enero de 2014
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