estas caderas nuestras
habitando la vida
más allá de la cotidiana vida.
Si el desafío de volver a vivir
para saberte y tenerte en mí
y volverme tu oído vaginal
viniera
lo tomaría con la fuerza de tu embestida
porque, alma, la promesa de tu fuego
es bendita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario