sábado, 11 de enero de 2014

Cuántos hombres haría falta
para saber
la levedad de mi lealtad
y su latido.

Diez tropas en guerra de besos,
conté.
Pude hacerlo a medida
que pasaba la raíz de tus cabellos
por mis manos
hasta culminar con tu uña del dedo gordo
de tu pie moreno.

Doscientos hombres son la cantidad
para volverte la cara
y los doscientos viven en ti y contigo.

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