Somos todas las frases
que dejamos en el cenicero
que escribimos en códigos diversos
que nos dimos sin saberlo
y que vuelan en el éter
porque no nos las dijimos.
Somos otras descripciones
pero esta es la más importante
porque va tatuada en mis yemas
y porque te respiro.
Somos años antes y después del cataclismo;
somos niños sin padre y sin madre
y somos la luz de los besos en los resquicios.
Somos una chaqueta de mezclilla
y somos el minutero que felizmente amenazaba
con que nada sería distinto.
Y lo fue.
Por eso ahora lo escribo.
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