No te equivoques:
tú no has vencido
(porque no juegas en mi batalla
porque para la esgrima
se necesitan dos).
Tampoco soy yo la vencedora:
Simplemente
habló mi corazón.
Quien es demasiado alto
para los altibajos
de ambos.
Venció, pues
todo esto que llevo dentro.
Ahora callo.
martes, 6 de abril de 2010
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