A veces intentar las componendas
es casi igual
que subirse a un precipicio
y contarle tu vida
mientras te deslizas
hacia la desnucada
que te hace verdaderamente
trascendente.
Estaré muerta durante días.
Te dejo lo más rojo que pude haber
engendrado
honestamente, mujermente
y desde tus pequeñas pupilas.
Alegraos,
alegraos,
alegraos.
Por el poder del tres veces tres.
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