Hilvané torbellinos
esperando formar una flor
que valiera por todos mis defectos.
Una que hablara por mí
de ti
y de todas las noches
que he juntado
para enmendarte el cosmos
y regalártelo en una sonrisa siempre ad-hoc
a tu falta de esperanza
en la humanidad.
Qué errada estuve
y cuánto amor se avergüenza
en el tecleo de mis labios silentes.
El mismo que te dice:
si te vas, esta mujer férrea que ves
perderá pisada
y no habrá más flores en los poemas
porque no estarás tú.
miércoles, 7 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario