Salves para una muerta en la heladera del no
los cristales serán más impolutos
sin el vaho de sus sentencias extrañas.
Las flores caminan tranquilas
el sereno de la noche está más feliz.
Y la enredadera con la que ahorcó sus entrañas
resurge violenta con el olor de las lilas.
domingo, 11 de abril de 2010
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