Me aturden las mil trillones
de infinitas galaxias
cantando música al mismo tiempo
atragantando a mi demonio azul
que es más bien un perro draconiano tierno
queriendo probar
una vez más
el kirtan cósmico
que tocaban mis atemporales neuronas cardiacas
cada vez que creía en la posibilidad del todo
a nuestro favor.
Música es el Cosmos.
Nos hemos divorciado del tiempo.
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