Podrá destruirme
-momentáneamente-
tu pluma.
Pero siempre quedará vivo
algo en mí
para caminar esta vida
sin sentir las espinas.
Se llama amor
y es todo para ti.
Por todo lo bueno y lo malo
que he pasado sin estar contigo
y a tu lado.
Intenta derribarme,
vamos, aniquílame:
por cada vez que lo intentes,
cada verso de los miles que te he dado
se eterniza un beso total y puro
de amor ciego y a contraluz
expresamente creado
para tu nombre y tus tardes (a veces) grises.
domingo, 11 de abril de 2010
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