Sí, sí y sí.
Te afirmo con el sonido de la flauta dulce
y con el coro de ángeles que le abre fuegos
a esta bóveda añil
sólo para tus labios de oro.
Yo nací para entenderte:
todos los días hallo luces
para dibujar tu silueta.
Eres parte de mi vida e inundas mi corazón.
miércoles, 21 de abril de 2010
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