Me duele el anular izquierdo,
la conexión quiromántica con mi planeta lejano.
Dolor de huesos
de mano inquieta y cansada.
Hoy el peso de la gravedad del calcio
de mi columna, de mi cúbito, de mi fémur izquierdo,
de mi meñique agazapado en melancolía
es más importante
que cualquier reyerta en las aceras
de mi ciudad pequeña y corta...
Serán los actos que omitimos.
Serán las palabras del corazón que quise decir
y no te dije.
Algo está funcionando mal,
reparo que es
esta incapacidad de leerte mi amor en los labios.
Hoy llovió como a ti te encanta.
Los gigantes planos del asfalto
se volvieron alfombras orientales turgentes y húmedas
lenguas de perros buenos
y labios de mujer serena y azul
que te habría encantado probar.
Yo guardé mis pies
y pellizqué mis ojos para mejor llorar por dentro.
sábado, 10 de abril de 2010
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