Te compartí esta noche un trozo de mi vida;
es lo único que me queda darte
después de tantos besos y de tanto corazón.
Después de tantas cosas dichas
(más las guardadas
que jamás diré
porque no completaría con todos los planetas
del sistema solar).
Soy mucho más común
de lo que piensas:
también puedo soñar con la posibilidad de una charla
que nazca porque sí y muera del mismo modo.
Algo así como bailar descalzos sobre el césped.
Un acto que me gustaría hacer a tu lado:
Eres el único en esta mi patria
que comprende en realidad quién soy
más allá de mi nombre
y un poquito más lejos de mis deseos y aflicciones.
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