Silencio,
no me despiertes
a no ser que vengas aquí
para decirme que estarás conmigo
un momento eternizable.
Voy a dormir la muerte en vida
en lo que regresas;
voy a aspirar la dulzura de la flor y el canto
y me quedaré flotando en ella
hasta que me digas
que has venido por mí
y me has despertado
para cantarte el éxodo
de mi patria hasta la tuya.
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