lunes, 22 de febrero de 2010

He dado demasiado

He dado demasiado.
He dado demasiado.
He dado demasiado.

He querido cerrar el grifo de luz.
Renunciar, inundar los recuerdos con ráfagas de luz
hasta hacerlos una nada.
He querido cambiarme el nombre
visitar otros planetas.
Cambiar la dirección de mi hogar.

Demasiado,
demasiado,
demasiado.

Hoy subí una montaña mediana
el pasto firmó de recibido,
una petición platicó con las entrañas de mi tierra,
la petición no se conectó con las plantas de mis pies
porque yo no supe (o no quise) hacerlo.

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Me quedé igual que antes de hacer la travesía
no me he levantado a causa de una esperanza
o una ilusión evasiva:
simplemente me enseñaron
que al amor se le debe dejar estar, respirar y vivir
el tiempo que desee hacerlo por su propio pie.

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