Mis manos sin las tuyas
acrecientan el vértigo en mi sangre
y me retan a brincar el vacío
pensando que tal vez
me equivoqué de holograma
y tú me esperas amoroso
en otra parte del universo.
Así te sueño, me sueño,
nos sueño
con los ojos abiertos
y el corazón redoblando de una alegría extraña
pero alegría al fin.
Vuelve a casa pronto,
amor.
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