sábado, 13 de febrero de 2010

Cápsula de luz

Entiendo que hay muy poco,
entiendo que es demasiada niebla
entre rojizos amaneceres
de gritos y desesperanzas
demasiadas horas
para sentarse frente al televisor
y no poder hacer nada.

Pero, amor,
si yo antes de pronunciarte
ya te sabía híbrido de ángel y héroe,
yo ya sabía que no es sólo cuestión
de oír, cantar, gemir o quejarse.

Lo aprendí de tu cápsula de luz,
mucho antes de mover mis pies
en dirección a tus ojos.

Creo en ti,
y tal vez por eso también
te amo tanto.

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