Y te acuerdas del mes
agarrando la corola de la nube más cercana a tu domicilio.
Buscarás el papel de asteroide que te di
has descubierto que la existencia surge
únicamente cuando alguien la evoca.
Abrirás el cajón maldito:
ahí, de rodillas dispersas y como Coyolxauhqui
en una alacena en tiempos de navidad,
comerás mi pan,
También dirás mi nombre
y todo será igual
que antier,
cuando descubrimos que había que callar
para no desaparecer en la esquina del rencor.
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