Quién tuviera éter y luz en las yemas,
tinta en las mejillas,
prensa en el pecho,
la balanza en su dormir.
Te sigo como si fueras indisoluble
indivisible y absoluto,
y hasta puedo jurar que tienes un solo rostro
y no has cambiado
desde el día en que arribé a tu tierra
por vez primera.
Ángeles en los dedos,
quién los tuviera.
Para abrazarme indistinta de mis errores
pasados, presentes y pospresentes
a ti.
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1 comentario:
Hola! Como estas? Te dejo un link con un poco de el lugar de donde soy yo. Creo que te va a gustar http://pozedejucarie.blogspot.com/2009/09/empty-spaces.html
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