Para Altaír que sigue siendo estrella,
húbete olvidado en poesía tantas cercanas veces.
Algún día -no, alguna noche-
trataremos de entender oráculos indirectos
plantaremos flores,
Y en la verticalidad del momento
vertiginosa será mi falda río abajo
reconstruiré la mar de donde emerges,
Y todo, absolutamente todo,
será callado,
anclaje en las tres primeras letras
de mi nombre.
jueves, 12 de noviembre de 2009
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