De pronto tuve ganas
de compartirme con la ciudad
a pesar de mi silencio desde ella
ganas de compartirle los latidos
este dolor de cabeza
(cuando una herida emerge
duele el pecho
cuando un prejuicio se libera
da cefalea)
estas infinitas ganas de gritar
todo este corazón
porque algo, insisto, pasa
y es que de pronto su música
ha llegado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario