Derrida y Gadamer pueden ser lo que quieran
pero no saben nada de las fiestas.
Los políticos pueden gastar lo que quieran
pero nunca conocerán su sentido.
La fiesta es esta carne estos huesos este aroma
brillando ternura por ti, sintiendo la belleza de tu nombre
en mí
La fiesta es tu nuevo rostro estas notas poesía
fabricando otro tiempo para mí, sintiendo mis manos
regalándote mansamente la lluvia
La fiesta somos tú y yo celebrando este placer del destino
de estar juntos
tu costilla girando mi vida
mis ojos guiando tus notas.
La fiesta es este fonema nocturno
escuchado apenas por la ionósfera,
este himno a dos voces sembrando magia.
Dejé mi tristeza a las puertas del mundo
y me volví ave esta mañana
primer paso y el encantamiento de los árboles;
dejé mi amargura en el umbral del odio humano
y te abracé setenta veces siete tu alma
segundo paso y la reconversión del espíritu;
Abandoné mi incredulidad a las orillas del tiempo
y te besé todo y fuiste mío en mi canto
tercer paso y la unión de los sueños.
Me devolviste el fuego colmado de belleza
y la ternura rodó por mi rostro.
Te di noticias nuevas
y tu palabra se atavió de primavera.
Algún día les escribiremos a los filósofos del lenguaje
sobre la fiesta.
Pero esta noche quiero que me platiques el relato del mundo
con tus labios.
sábado, 13 de abril de 2013
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