Estás muy triste.
Nadaré, mar de tu boca adentro,
hasta tomar un pez llamado esperanza.
Te daré de comer su carne en trozos pequeños,
no importa si los escupes en mi cara
y no deseas volver a ser agua limpia jamás.
Te leeré sus espinas como si de una nueva doctrina
tratara su esqueleto:
amor, palingenesia, y esas cosas
que tanto adormecen a tu corazón y aburren a tu cerebro.
Esperaré a que la lluvia maine en tu cuerpo
y seas sinfonía otra vez.
Descansaré en la terquedad de tus gafas,
absurdamente un nuevo cielo
te coceré.
Estás muy triste.
Te diré que estas cosas pasan y es lo único cierto.
Cerraré mis labios si a estas horas duerme tu lamento,
planearé la ida a tu boca, mar adentro
atraparé un pez llamado infinito sueño
y por la tarde te volveré a dar de comer de él.
jueves, 20 de octubre de 2011
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2 comentarios:
Bello poema, aunque palingenesia me resulta difícil insertar en el ritmo de la poesía que destila una pescadora ternura, redes de consuelo y amor. Besps-
¡Qué bello! mi más sincera admiración, súbitamente sentida, hacia este poema. Mi cariño y afecto hacia tu poesía, que la quiero tanto.
Abrazos Marlén!!!!
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