En el reino de Dios
también hay oscuridad
Oh Sae Young
también hay oscuridad
Oh Sae Young
Entrego mi sombra al Señor,
en sus manos su fuerza desaparecerá.
Podré verme al espejo
y veré
la misma niña, la amante mujer
que únicamente nació
para ver las estrellas
y reencontrarse con ellas.
Como líquen putrefacto en la secoya
así he visto posarse mi sombra
desde hace tiempo.
Ya no temo:
la ira es lo que me hace débil,
será entonces paciencia
lo que siembren mis dedos
al despertar cada día.
Entrego mi sombra al Señor,
Él la habrá disuelto ya.
No me importa tomar otro rumbo
ajeno a mi palabra
si es Su palabra
la que me conduzca al bien mío
y de los hermanos por los que alguna vez pedí
estando pura.
en sus manos su fuerza desaparecerá.
Podré verme al espejo
y veré
la misma niña, la amante mujer
que únicamente nació
para ver las estrellas
y reencontrarse con ellas.
Como líquen putrefacto en la secoya
así he visto posarse mi sombra
desde hace tiempo.
Ya no temo:
la ira es lo que me hace débil,
será entonces paciencia
lo que siembren mis dedos
al despertar cada día.
Entrego mi sombra al Señor,
Él la habrá disuelto ya.
No me importa tomar otro rumbo
ajeno a mi palabra
si es Su palabra
la que me conduzca al bien mío
y de los hermanos por los que alguna vez pedí
estando pura.
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