El frasco de papel para guardar
las más recientes lágrimas de agosto.
Los dolores de la regla que regresa
a ponerle disciplina militar a mi indecencia
de ser la libre y la madre que pare todos estos hijos escritos.
La guayabera que compraré para no dártela nunca.
El ticket del cine que me sobra
porque aquí no somos dos
y tú podrías usarlo con ella
-ojos que no ven el cine juntos
probablemente estarán ciegos de ira por la mañana
y de un secreto deseo a cada instante-.
La culpa por nacer tan lejos de todo
y sin un ápice para hacer temblar
el breve espacio que será mío y te aparto
con la luz de la inocencia que aún tengo.
Todo ha sido tuyo desde que nos vimos.
Me faltó agregar el beso del amor y el vértigo de sentir amor
y esa sensación de ser la única en un juego de dos,
un viernes al caer el mediodía.
sábado, 13 de agosto de 2011
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