Tierra de girasoles,
niña,
¿o por qué tú crees que la milpa
espera a la fragancia de tu risa
antes de arribar, tras la lluvia, erguida?
Conozco la luna que me habla de ti,
niña, rizo canela, mariposita que revolotea.
Dice que te gusta la hoja hervida de la selva
envolviendo tiras de palabras por sembrar
en la tierra de girasoles que te dio tu mamá.
Yo siempre he sabido quién eres tú, niña,
reflejo de sol embravecido una mañana cualquiera
canción en la semilla de los girasoles que bailan en tu tierra.
Por eso vengo hoy, niña, rizo canela,
a darte todo el tiempo que llevo conmigo,
a los costados, arriba y abajo, delante y detrás
para florecer palabras buenas
en la tierra de girasoles que te dio tu mamá.
Tierra de girasoles,
niña,
¿o por qué tú crees que la milpa
espera a la fragancia de tu risa
antes de arribar, tras la lluvia, erguida?
Yo, yo soy un beso que anda despacio, niña,
yo no sé de la palabra no ni del descanso.
Yo llevo el viaje alto, niña,
uno donde me llevo la mano al pecho hasta dar con tu llanto,
uno de casa libre, de hogar sin viento para cantar.
Por eso vine a tu tierra de girasoles, rizo canela,
luna que no duerme, mariposita que revolotea:
quiero pedirte permiso
de mi corazón venirte a dar.
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