Afuera hay lenguas lamiendo la selva negra
de la noche
al ritmo de un vals perecedero.
Yo tengo un rastrillo sin miel y de ajenjo,
yo tengo pastillas para ahuyentar el sueño.
(Es eso o el rímel de hueso
de mi coxis
para agrandar las pestañas de los asteroides).
Simeón estará ocupado
probándose una infusión para los nervios
antes de introducir sus glagolistas dedos en Egeo.
Altas son las llamas en Tracia dormida,
canta el thema de Macedonia.
Fuerte es el beat
de la soledad sin sonido,
dirán los viudos del reguetón.
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