Tornasoladas ventanas,
cola bifurcada de citadina sirena,
azules y platas veo por ti en la arena
cuando tu saliva ríe contenta.
Es el preludio de tu arpa,
la cicatriz llamándose fiera,
los detonadores del golpe
-golpe, suelo, lengua, victoria horizontal y vertical
pero siempre triunfante sobre las horas
las vivas y las muertas-
de los atávicos retratos de ti
que mi mente piensa.
lunes, 18 de julio de 2011
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