y ya no somos nada.
Tu camisa gris olivo, mi conjunto de zebra enamorada
y ya no somos nada.
Unos hombros caídos, mi alma haciéndole sombra a tu espalda
y ya no somos nada.
Un cuatro de julio con el anverso de tu mirada
y ya no somos nada.
Diez años creyendo ciegamente en esto que hay aquí
y ya no seremos nada.
Puntos divergentes en el estacionamiento azul,
el mismo nido que construimos
y ahora ya sólo es asfalto
y nada más
pues nunca fuimos nada.
Para A. E.
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