Podría explicarlo todo
desde la raíz de mi oído izquierdo
hasta la repetición de mi cuerpo
esperando sobre la arena blanca
las lágrimas de la redención.
Escogería un sitio nuevo
un aeroplano morado,
un sillón desvencijado.
Me daría el lujo de volver a perder
Y cantaría al cierre.
Tomaría el ánfora con mis cenizas,
guardaría el cliché del adiós
para las grandes divas.
Y eso sería todo.
La explicación acaso estribaría
en que no hubo piel sin intertexto
ni letra gestada en la esperanza y el adiós.
Podría explicarlo todo
desde mi ojo derecho reventado
hasta la multiplicación de mis huesos
una y otra vez
esperando esto
todo esto
que salva prejuiciosamente
todo esto
que duele infinitamente
Todo esto.
Pero hoy no.
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