Cómo estás, preciosa,
recuerda que te quiero muchisísimo
cuídate, que estés bien.
Llegan tus palabras a mi callado celular.
Autor, no te identificas
y yo pienso que eres tú, mi niña,
diciéndome que estás bien
en la otra línea del mundo
que dejaste sin tu luz hace nueve días.
Es eso -me digo
o es que mi egoísmo exacerbado
y mi tarjeta SIM chafísima
no han podido rescatar los números que valen.
O quizá mi memoria falsa,
la que siempre guarda los malos momentos
no es capaz de guardar
todo el amor que me han dado
y yo olvido en ciertas tardes
cuando me veo completamente sola.
Debe ser eso, soy una ciega funcional
jugando a que jamás ha conocido el amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario