jueves, 12 de diciembre de 2013

Voy a tomar tu voz como tronco
a clavarla como una espina
en la medianía de mi mudez entera.

Haré el milagro de la multiplicación
de los alfileres
en cada pliegue de mis negros labios

Tus dientes serán su guardia y su verdugo
la flor perfumando este océano

que moverá por ti sus aguas
al sentido de los relojes
perdiéndolo entre mis piernas.

Voy a clavarme tu llamada
en lo más profundo de mi caverna.

Te dejaré vacío de ti pero con nosotros
con este baile acuífero como de magma
un salto de chapulín o desplegar de paloma
una mariposa que a la vuelta del semen
se vuelva flor carnívora.

Voy a enterrarte las uñas
para dejar claro que tu país
lo descubrí yo y a mi manera
voy a humedecer cada parte de ti
con sólo mover mis ojos
en dirección a tus fieros ojos.

Admiraré en mis manos
el regalo purpúreo
de agua salada y miel
anidado en ti
y en la dialéctica de los árboles.

Arriba y abajo
somos una misma felina diosa

que ruge y te renace
hasta transmutarme en grito
un relámpago que nació
para incrustarse en tu espíritu.

Trazo de planeta incandescente
lumínica nave
por donde vuelan todos los tiempos.

Voy a escribirte este poema
las manos como un río para ti
oliendo la huella de ti

aguardándote.


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