me
duele
por la calle sin espasmos
entre los corredores ataviados
de memorias de ti
girando el reloj de mi cuerpo.
Tu barro me duele
y por eso me unjo de carmín
mi segundos labios,
me clavo a la tierra
para que me entienda
por qué este dolor
clavo
herida habitada
resurrección
enteramente nombrados por ti
cada vez
que atravieso las arterias de esta hambre.
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