lunes, 9 de diciembre de 2013

Tu barro 
me 
duele

por la calle sin espasmos
entre los corredores ataviados
de memorias de ti
girando el reloj de mi cuerpo. 

Tu barro me duele

y por eso me unjo de carmín
mi segundos labios,
me clavo a la tierra
para que me entienda
por qué este dolor

clavo
herida habitada
resurrección
 
enteramente nombrados por ti
cada vez 
que atravieso las arterias de esta hambre. 

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